jueves, 31 de agosto de 2017



El Ensayo Fotográfico.

Ensayo Fotográfico, qué es y cómo se hace.


Tendemos ver a la fotografía como un arte de un momento, en el que inmortalizamos un instante particular y el resto de la historia se intuye. Dependiendo del espectador, de su perspectiva, la tuya y tu composición, vamos a tener la oportunidad de contar una historia a partir de elementos colocados de cierta forma a lo largo del encuadre. Sin embargo, existe otra forma de hacer fotografía la cual generalmente incluye algo de protesta social o poesía. Así que si te gusta utilizar la fotografía para plasmar algo más que lo estético, no te puedes perder este artículo. Vamos a descubrir cómo se hace un ensayo fotográfico y cuáles son los consejos prácticos para realizar uno bueno.
¿Qué es un ensayo fotográfico?
¿Recuerdas cuando hablábamos de la fotografía narrativa? Pues bien, un ensayo fotográfico es una forma un poco más evidente de realizar fotografía narrativa. Se trata de tomar fotografías que lleven el hilo de una historia. Estas deben seguir algún tipo de secuencia y aunque la más común es la secuencia cronológica, pueden utilizarse otros tipos. Por supuesto, diferentes tipos de hilos generarán diferentes tipos de reacciones y percepciones por parte de los espectadores.

El ensayo fotográfico es una herramienta perfecta para contar una idea o una historia. Al igual que en una fotografía narrativa, esta puede incluir descripciones bajo cada imagen para definir una acción, emoción o pensamiento de lo que se está viendo. Los ensayos sin escrito tienden a requerir más contemplación, por lo que hay que tomar esto en cuenta.

Ensayo fotográfico vs. Fotografía narrativa

La fotografía narrativa puede presentarse en forma de ensayo: de hecho, un ensayo rara vez no es narrativo. Sin embargo, cuando decidimos plasmar toda una idea en un solo encuadre, todo se hace un poco más complicado, sin importar cuánta descripción agreguemos debajo del mismo.
No es imposible, por supuesto que no. Pero representar todo en un solo encuadre requiere de una experiencia de composición superior y un concepto específicamente definido. Por otra parte, los ensayos fotográficos también requieren más tiempo, más recurso y más energía, debido a que implica realizar varias fotos de un proceso. Bien si se trata de un proceso “estático”, como el del crecimiento de una flor o bien si se trata de la historia cotidiana de una persona, el tiempo invertido suele ser mucho.
En mi opinión, componer una sola fotografía que narre una historia compleja es mucho más complicado que componer una serie de fotos. Como dije, siempre que tengas el concepto sumamente definido y una planificación exhaustiva, no vas a correr riesgo con un solo encuadre.

Consejos para realizar un ensayo fotográfico

1.Elige un buen tema. La elección del tema de un ensayo fotográfico es básicamente la primera dificultad del mismo. No solo porque es lo más importante a rescatar en el ensayo, sino también porque hay muchos elementos que debemos tomar en cuenta antes de elegirlo. Por ejemplo, una recomendación general para realizar un ensayo fotográfico es seleccionar un concepto que sea accesible. Si bien no tienes muchas herramientas o recursos económicos a tu disposición, lo mejor será elegir un tema más sencillo o llevarlo a un contexto al que puedas acceder.

Un ensayo fotográfico también puede ser realizable sin un concepto dramático. He visto varios ensayos con fines meramente estéticos que quedan muy bien y cuya ausencia de elementos curiosamente despierta la atención de los espectadores. Asimismo, puedes ayudarte con las descripciones o títulos debajo de cada fotografía.
Todo dependerá de tus intereses y pasiones. Algunos temas sencillos y accesibles son: la ciudad, el ritmo, el color, la textura y la sombra. Ahora si vas a hacer ensayos fotográficos más profundos, puedes irte a emociones como la alegría, el miedo, la tristeza, entre otros.
2.Elegir protagonistas adecuadamente. Uno de los elementos importantes a considerar dentro del ensayo fotográfico es nuestra elección de los protagonistas. En primera instancia, puedes hacer un ensayo sin la necesidad de involucrar personas en él e igualmente transmitir un mensaje importante: la presencia de los humanos no tiene nada que ver con cuán profunda pueda ser una idea o cuán agradable pueda resultar la secuencia de fotografías.

Ten en cuenta que la elección de los protagonistas también interviene en el tiempo invertido para hacer el ensayo fotográfico. Aunque la idea es que no te apresures ni te limites a hacer tonterías con la cámara, también hay que pensar en lo que va a costarnos demorarnos mucho tiempo para incluir a un modelo en los encuadres. Es decir, puede que nos estén prestando los equipos o puede que los estemos alquilando, y de igual forma representa una inversión.
Otra cosa que siempre debemos tomar en cuenta, independientemente de que estemos haciendo fotografía narrativa o una fotografía “normal”, es que la dirección de los protagonistas es importante. Trata de no hacerlos sentir intimidados y sobre todo, ten mucha paciencia.
3.Cantidad de fotografías. Tendemos a dejar para lo último el hecho de que tenemos que planificar cuántas fotografías integrarán nuestro ensayo fotográfico. Lo mejor es ser flexible respecto a la cantidad de fotografías, pero aun así generar un aproximado antes de ir a la sesión fotográfica. Generalmente, con 4 o 6 fotografías es suficiente, pero puede que en el momento de fabricar el ensayo, sobre todo si se hace todo en un solo set, el número de fotografías calculadas aumente.
Lo que sí es importante es que planifiquemos y hagamos, si es posible, una especie de “story board” del ensayo fotográfico. Me refiero a una serie de dibujitos en donde ubiquemos la posición de los elementos compositivos y definamos la secuencia de cada encuadre.
4. Planificación de las herramientas fotográficas. Generalmente nos hacemos la idea de toda la composición, de la temática y demás, pero olvidamos planificar todas las herramientas que tendremos que utilizar. Considera por ejemplo, que si vas a hacer fotografías de noche o en lugares nocturnos, vas a necesitar un trípode o al menos una base para estabilizar la cámara. También ten en cuenta que si vas a trabajar en un estudio, tendrás que calcular la cantidad y la naturaleza de modificadores de luz (por si no te los sabes pero quieres pedirlos, aquí tienes un link).


© Casa Fora do Eixo Minas – Flickr.com
También debes considerar toda la utilería que estará en los sets y su disposición. Es decir, trata de conseguir todos los elementos que te hagan falta por adelantado para evitar complicaciones el día de la sesión fotográfica. Por cierto, no olvides devolver los objetos prestados en buenas condiciones.
5.La edición es importante. No es un secreto que la gran mayoría de los fotógrafos hoy en día utilizan herramientas de edición, bien sea en el mismo equipo al momento de la toma o en un proceso de post edición en un computador (y la mayoría de las veces, se establecen los dos tipos de edición para una sola oportunidad). En el ensayo fotográfico, la edición es una pieza fundamental porque es la que te permitirá generar ciertos efectos. Por ejemplo, si estás hablando de la soledad o de la tristeza, puedes emplear una edición posterior para pasar las fotografías (o parte de ellas) a monocromo.
No obstante, debemos tener cuidado al utilizar estas herramientas ya que no debemos abusar hasta que las fotografías parezcan tener un millón de filtros de Instagram. Utiliza el balance de blancos para generar calidez o frialdad de colores; también haz uso de la velocidad de obturación para otorgarle movimientos dramáticos (o para evitarlos) en los motivos de composición móviles. Las posibilidades son infinitas, pero úsalas con cautela.

En conclusión…

Los ensayos fotográficos dan riendas a tu creatividad, ya que puedes expresar mucho más que un encuadre, una secuencia de fotografías que delimite una emoción o acción más compleja. Si todavía no te emociona la idea, intenta hacerlo a modo de práctica. El ensayo fotográfico te enseña a delimitar las acciones en los encuadres y a componer de forma significativa para mostrar una historia.
Si tienes una idea o interés particular, prueba a desarrollarlo en fotografía. La mejor manera de comprobar que has tenido éxito en cuanto a la composición de cada encuadre y a la secuencia general, es colocándole nombre. De esta forma, lograrás conceptualizar mejor y los espectadores entenderán mejor tu punto de vista respecto al tema.
En adición a esto, debes recordar que la clave para hacer un buen ensayo fotográfico es la paciencia y la planificación.
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Tomados de: https://3lentes.com/consejos-para-hacer-un-ensayo-fotografico/


lunes, 7 de agosto de 2017

Castillo de Jagua: Fortaleza y símbolo de Cienfuegos.

Por: Roberto Garaicoa 

 

Situado en la desembocadura de la Bahia de Cienfuegos, entre La Milpa y el Perche en la ruta de Cayo Carena. Se alza este hermoso baluarte, hoy ya reconstruido y devenido (por suerte)  museo, única edificación de su tipo que conserva su puente levadizo completamente funcional.

Castillo de Jagua o Castillo de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, custodia la entrada de la Bahía de Cienfuegos desde 1745, considerada la tercera fortaleza del país, es hoy Monumento Nacional y uno de los símbolos que identifican a esta ciudad del sur.

Como dato curioso, esta solida construcción de piedra, es la única fortificación militar que perdura en las cinco provincias del centro de Cuba.

Fue proyectado por el Ingeniero Militar José Tantone, de estructura cónica de dos niveles con un puente levadizo y garita abovedada. Su construcción se realizó sobre una roca e la orilla occidental del estrecho cañón que da acceso a la bahía.

Durante el siglo XVII contuvo filibusteros de la talla de Francis Drake, Jacques de Sores, Lorenzo Graff y otros no menos temidos en las aguas de Caribe y en 1762 ocupo un lugar cimero en la historia de Cuba al servir de sede del mando militar español frente a la brevísima ocupación inglesa.

A más de dos siglos de estos acontecimientos fue inaugurado allí el Museo Fortaleza de Nuestra Señora de los Angeles de Jagua donde a través de 8 salas se dan a conocer el desarrollo socio – económico e histórico – constructivo que propiciaron la construcción de este bastión.

Pero lo que más fama confiere a esta fortaleza no son sus piedras a prueba ataques artilleros y lo impenetrable de sus muros; sino la famosa leyenda de la Dama Azul, que ha perdurado durante siglos.
Los  habitantes del lugar cuentan que, según decían los primeros pobladores del castillo, los graznidos y el vuelo en círculo de una rara ave sobre el recinto militar antecedían a la aparición nocturna de un fantasma femenino de elegantes formas, envuelto en un vaporoso vestido azul y la cabeza cubierta por un velo de igual color.
La leyenda narra que un joven alférez, recién llegado a la dotación, ignoró una noche los consejos de sus veteranos compañeros de armas y fue al encuentro de la aparición, que salía de la capilla de la fortaleza donde había sido sepultada doña Leonor de Cárdenas, esposa del primer comandante de la guarnición, Juan Cabeza de Vaca. La guardia lo encontró tendido en el piso de una explanada, sin conocimiento y envuelto en un gran manto azul a la mañana siguiente. Desde entonces fue recluido en un manicomio porque perdió para siempre la razón.
Todavía en nuestros días, a más de un cuarto de milenio de la construcción de la fortaleza, algunos cienfuegueros alimentan en las noches sin luna la leyenda de la etérea dama vestida de azul mar.