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Como se ha informado a nuestro pueblo, el combatiente antiterrorista cubano, Fernando González Llort, fue liberado en el día de hoy, al cumplir íntegramente su injusta y larga condena. El también Héroe de la República de Cuba fue trasladado del centro correccional federal de Safford, en Arizona y puesto a disposición de los servicios de inmigración para iniciar el proceso de deportación hacia nuestro país.

 El regreso de un amigo

Sergio Alejandro Gómez - Granma.- La libertad de los Cinco constituye una causa nacional. Pero para Jorge Arias es también algo más: la lucha por el regreso de un amigo.
Jorge Arias sostiene una carta enviada recientemente por Fernando en la que le agradece su tiempo dedicado a recordar sus historias juveniles. FOTO: Ricardo López Hevia.
El actual Vicejefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido, conoció a Fernando González Llort hace casi cuatro décadas, cuando ambos eran unos adolescentes preocupados por la pelota y las novias en una secundaria de San Antonio de los Baños.
La amistad se profundizó después en los días de campo del preuniversitario de la Isla de la Juventud y los seis años de carrera en el Instituto de Relaciones Internacionales de La Habana.
Fernando era disciplinado y respetuoso, rememora Arias, pero nada santo.
Recuerda cuando se quedaron sin pase durante un mes en el preuniversitario por abandonar las filas interminables del cítrico. También cómo le contaban los 10 minutos oficiales a un profesor de la Universidad antes de salir en banda para el Círculo Social El Ferretero, cercano a la sede de la Facultad en aquella época.
Pero Fernando era también el que no faltaba nunca a los ensayos del Grupo de Teatro en esos sagrados fines de semana. El hombre que convenció a la "novena más mala de la historia de la pelota" para llegar al final de un campeonato universitario, en el que perdían los juegos por 10 o 15 carreras. "Es preferible perder jugando que abandonar", les dijo.
Los caminos de Fernando y Arias se bifurcaron en 1988. "Cuando cumplíamos misión internacionalista en el Centro de Instrucción Especial de Kalahari, en Lubango, a él lo trasladan a otra unidad de combate en el sur de Angola". Bien sabían ambos que era una de las zonas más calientes, donde se definía la guerra y había más riesgos para la vida.
"Bueno gordo, si no nos vemos más, ya tú sabes", fue la frase de despedida de Fernando. Los encuentros posteriores fueron esporádicos.
Aunque lo había visto poco antes de su partida a los Estados Unidos, a Arias le costó trabajo identificar a su amigo en la foto que le mostraba un compañero en un periódico de Miami, que informaba del arresto de los "espías cubanos".
Desde entonces, no desaprovecha ninguna oportunidad para hablar de los Cinco y la injusticia cometida contra ellos. También mantiene contacto con Magali Llort, la madre, y sus hermanas.
Arias cuenta cómo hace pocos meses participó en una Audiencia Parlamentaria y compartió recuerdos de su relación con Fernando.
Desde la prisión, su amigo le envió una carta agradeciendo el tiempo dedicado a contar esas historias, en medio de la carga de trabajo cotidiana. Le dijo también que no olvidara que cualquiera de los jóvenes de su generación podría estar ocupando su lugar.
"Es cierto, pero les tocó a ellos. Nosotros estamos en deuda", refuta.
Cuando resulta inminente la excarcelación de Fernando, Arias comparte los temas que le gustaría tratar en un futuro encuentro: "Primero saber de estos años en que le ha tocado poner a prueba su voluntad; luego contarle lo que hemos hecho aquí, los amigos y las personas que ya no están".
Cuando vuelva, como el resto de sus compañeros, lo veremos caminando en las calles con la misma naturalidad de siempre. "Este hombre en lo que menos piensa es en que es un Héroe".

Un hombre con el corazón en medio del pecho

Karina Marrón González - Granma.- Cuentan que Fernando era un muchacho corriente en los años del preuniversitario, físicamente no destacaba mucho, no era de gran estatura, pero a mí se me ocurre, sin haber visto una foto, que entonces, como ahora, sus ojos debían revelar una personalidad seria, afable, serena.
Rafael Hojas se encarga de decirme que no estoy tan lejos de la verdad. Él conoció a "Fernan" —como le dicen quienes son cercanos— en esa etapa en la Isla de la Juventud. "Allí compartimos estudios, profesores, amistades, el campo... Aunque no estábamos en el mismo año aquel escenario era muy cómodo para que todos nos relacionáramos, independientemente del grado que estuviésemos cursando, interactuábamos mucho".
"Él tenía desde entonces una característica muy peculiar, cuenta Hojas, y es que era bien agudo en las cosas que decía. Siempre fue una persona seria, pero no escapaba a la gracia de los cubanos de hacer chistes, compartir, divertirse".
A la distancia del tiempo, Rafael está seguro de que aquella escuela fue muy importante en la formación de Fernando como hombre y como persona de bien, y que su agudeza se ha ido modelando con el tiempo. "Hay que ver las cosas que escribe, con el rigor con que las dice. Él ha evolucionado muchísimo desde que lo conocí hasta ahora: ahora es mucho más grande, independientemente de que es un hombre de estatura pequeña".
Después de aquellos años, cada quien tomó su rumbo. Los amigos solo volvieron a encontrarse al terminar la universidad.
"Nos vimos en África, creo que por casualidad. Recuerdo que estaba en una de las misiones y nos detuvimos para reaprovisionarnos en una unidad en el sur de Angola y escucho que me dicen: "¡Muñeco!", que es como le llamaban a la gente que llegaba nueva. Yo miré para todos lados para ver de dónde venía la voz y si era conmigo, aunque el único que tenía allí un uniforme nuevo era yo. Cuando miro bien, era Fernan. Ahí nos saludamos y conversamos un ratico".
"Volví a verlo de nuevo en noviembre de 1998, en una foto, solo dos meses después de su arresto. Era un recorte de un periódico miamense que hablaba del encarcelamiento de ‘es-pías cubanos’ y Fernando aparecía con el rostro desaliñado, como si hubiera pasado primero por un maltrato. Estaba barbudo, despeinado y eso fue un impacto muy duro, ver a Fernan allí".
Mucho tiempo ha pasado desde entonces y justamente que haya transcurrido tanto, es de las cosas que lamenta Rafael. La profesión, el Periodismo, le permitió vincularse a la lucha por dar a conocer el caso de los Cinco, pero, confiesa, siente mucho no haber podido hacer nada más que escribir.
Para él, poder hablar con Fernando un día en que entrevistaba a su madre Magali Llort, fue como un regalo. Del mismo modo considera una carta que le enviara el antiguo compañero de estudios y que recibió en diciembre del 2013 y en la cual, "con un exceso de humildad", agradece lo que estaba haciendo el periódico Trabajadores en apoyo a la causa de los Cinco, "cuando somos nosotros quienes tenemos que agradecerles", comenta.
Ahora espera que el camino de regreso a casa se torne corto, que el amigo devenido Héroe "es-té el menor tiempo posible en una prisión de inmigración y que pueda disfrutar cuanto antes de su mamá, de su esposa, de la familia; y ya veremos entonces cuándo podemos reunirnos".
"En Cuba —dice— tenemos la suerte de contar con hombres con el corazón en el centro del pecho, y Fernando es uno de ellos. No creo que todo el mundo esté dispuesto a dar la vida a cambio de nada. Eso implica riesgos e implica una capacidad de entrega muy grande". Quizás por eso no lo sorprendió verlo en aquella foto, entre los que estaban presos, aunque sí dolió, —confiesa. Pero si algo ha sabido siempre del amigo, es que es de esos que llevan bien firmes las ideas. "Él no se raja".

Concierto por los Cinco el sábado en la escalinata

El próximo sábado 1ro. de marzo, a las 8:30 p.m., la escalinata de la Universidad de La Habana acogerá un concierto dedicado a los Cinco Héroes antiterroristas cubanos.
Según una información divulgada este miércoles en el noticiero Nacional de televisión, el elenco artístico estará integrado por David Blanco, Vicente Feliú, Tony Ávila, Eduardo Sosa, Gerardo Alfonso y los repentistas Hectico y Aramís.
En la velada de homenaje a los antiterroristas, que cumplen injustas condenas en cárceles estadounidenses, también actuarán las agrupaciones Yoruba Andabo, Habana D’ Primera y Los Van Van.


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